Dentro de mi plan de gobierno siempre tuve presente la importancia de fomentar valores que nos ayuden a crecer como comunidad. Por eso, una de las actividades que más me llena de orgullo es la que realizamos bajo el nombre de Sucre Sostenible.

Esta iniciativa no habría sido posible sin el apoyo de mis compañeros y, especialmente, de los niños de primaria, quienes con mucho cariño donaron bolsas de concentrado para gatitos y perritos. Su gesto sencillo pero lleno de significado nos recordó lo valioso que es compartir y pensar en los demás, incluso en los animales que también hacen parte de nuestra vida cotidiana.

Con Sucre Sostenible no solo demostramos nuestro compromiso con el medio ambiente y el bienestar animal, sino también el espíritu solidario y unido que caracteriza a nuestro glorioso Sucre. Cada bolsa donada fue una muestra de amor, de empatía y de que juntos podemos generar un impacto positivo.

Esta experiencia reafirma mi convicción de que, como comunidad educativa, tenemos la capacidad de transformar nuestro entorno con pequeñas acciones cargadas de grandes valores. Seguiré trabajando para que cada paso dado en mi gestión refleje ese compromiso con la unión y la solidaridad que tanto nos enorgullece.